sábado, 5 de abril de 2014

Quai D'Orsay : Crónicas diplomáticas


Hoy os traigo uno de los cómic que más éxito han tenido en Francia en los últimos años y del que ahora han hecho una película. Os animo a que lo compréis.
Sinopsis
El ex primer ministro y exministro de Asuntos Exteriores francés, Dominique de Villepin, será uno de los principales rivales de Nicolas Sarkozy en las elecciones de 2012. De hecho ambos son viejos enemigos (aunque compartieron puesto en el Gobierno de Jacques Chirac).
Y el que puede ser el próximo Presidente de la República francesa se ha convertido en el protagonista de un cómic: Quai D'Orsay. Crónicas diplomáticas(Norma Editorial) en el que se narra su etapa en el Ministerio de Asuntos Exteriores (2002-2004), durante los años previos a su encarnizada lucha con Sarkozy. En el cómic Villepin recibe el nombre de Alexandre Taillard de Vorms.
El libro ha sido un auténtico bestseller en Francia, con más de 120.000 ejemplares vendidos.
Quai D'Orsay es como se conoce popularmente al Ministerio de Asuntos Exteriores francés en referencia a su dirección en esa calle parisina, sobre uno de los más ilustres muelles del Sena.
Una especie de El ala oeste de la Casablanca pero con visos de verosimilitud, ya que el guionista del cómic, que utiliza el seudónimo de Abel Lanzac, es un exconsejero de Villepin, encargado de redactar sus discursos durante parte de ese periodo. Un puesto tan fundamental como ingrato que le llevó a descubrir los trapos sucios del mundo de la política. Aún así se ha refugiado en el anonimato porque sigue desarrollando su carrera profesional en el ámbito de la política.

Uno de los grandes del cómic francés

Lanzac se ha unido a uno de los mejores dibujantes galos, Christophe Blain (Isaac el pirataGus o Sócrates el semiperro -junto a Sfar) que, con su elegancia y energía habituales deforma a los personajes, acercándolos a la caricatura, para dotarlos de una expresividad impresionante. Sus protagonistas, sobre todo Villepin, hablan con todo el cuerpo, y con sus gigantescas manos.
Y es que, bajo sus lápices, el exministro de asuntos exteriores adquiere la apariencia de un buitre, pero con ademanes de ave de presa y no de carroñero. Porque a pesar de la caricatura Villepin no sale mal parado. De hecho una de las críticas francesas del cómic se titulaba "Villepin héroe de BD". Y es que, al parecer el propio Villepin ha disfrutado del cómic. Y es que, a pesar de la parodia, acabamos congiendo cariño al personaje.

Y eso que le retratan como un político autoritario, aficionado a los discursos tan grandilocuentes como vacíos, obsesionado con Heráclito, la poesía clásica y los rotuladores fluorescentes. Cansado del poder pero a la vez adicto a él, defensor a ultranza de la diplomacia y siempre asegurando que quiere dejarlo todo para dedicarse a su verdadera pasión: la literatura (Villepin ha escrito varios libros).
Muchos han criticado a los autores por su visión amable de Villepin, que al final del álbum vive su momento de gloria cuando, en uno de sus impulsos, decide irse a África donde soluciona una grave crisis diplomática. Nada  que ver con la ácida versión que se ofreció (hace 5 años) de su rival, Nicolás Sarkozy, en el cómic La cara oculta de Sarkozy (Glénat) donde se criticaba su desmesurada ambición y su deseo incontenible de poder.




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