sábado, 30 de julio de 2016

Flex Mentallo




Flex Mentallo fue originalmente una serie de cuatro capítulos publicada en 1996, y protagonizada por un personaje del mismo nombre creado por Grant Morrison para la Doom Patrol, que era una parodia de Charles Atlas, personaje que aparecía anunciando un método de body building en los viejos cómics que el propio guionista leía de crío. Este dato viene al caso porque es el motivo de que desde su primera edición no haya podido reeditarse, y de que además nunca lo haya hecho en España. Afortunadamente el embrollo legal se ha terminado resolviendo y este mismo 2012 ha visto la luz una edición en tomo con algunos extras, que es la que imita ECC en su edición española.

Junto a su mejor pareja de baile, Frank Quitely, Morrison firma un guion típicamente suyo, en el que explora sus obsesiones de siempre, y perfila muchos de los temas que expuso en Los invisibles. Flex Mentallo trata, una vez más, de los límites entre la realidad y la ficción, que Morrison explora tirando múltiples líneas a varios niveles. Para empezar, parte de la premisa de ubicar a los superhéroes en un mundo real, premisa que ha sido recurrente en la periferia del género desde Watchmen, e incluso antes. Pero el giro que introduce Morrison es interesante: no es que los superhéroes hayan nacido en el mundo real: es que literalmente han sido reubicados en él. Hay un diálogo entre el mundo que imaginan Morrison y Quitely dentro del propio tebeo y el mundo exterior, el del propio guionista, que introduce elementos de su propia biografía en la de Wally Sage, el creador de Flex Mentallo en la ficción. Pero hay también una contraposición constante entre dos mundos, el real y el ficticio, el de los superhéroes y el de los lectores, el nuestro. Es un juego entre ambos que se entrelaza con el “caso” que está investigando Flex Mentallo, que pese a su aspecto es mucho más que un musculitos en calzones de leopardo, y que va a descubrir un enorme secreto en el transcurso de su investigación. Y hasta aquí puedo escribir sin reventarle a nadie la lectura.


Flex Mentallo es un cómic fascinante, lleno de conceptos muy atrevidos y una reflexión tan lúcida como puede esperarse del mejor Grant Morrison pero al mismo tiempo concretada de una forma mucho más efectiva que en otras donde su peligrosa tendencia a la dispersión hace acto de presencia, y sin que eso suponga convertir la historia en algo simple o de fácil lectura. Por supuesto, contribuye al excelente resultado final de manera decisiva el dibujo de Quitely, que ya en 1996 era un auténtico monstruo y que, pese a no haber alcanzado aún todo su potencial, ya tenía la osadía y el talento para llevar los expeditivos conceptos de Morrison a un nuevo nivel en lo visual, que no todos los dibujantes con lo que ha trabajado el guionista escocés han podido o sabido alcanzar. En cuanto al nuevo color de la reedición, es una cuestión peliaguda. Viendo por la red páginas de la edición original resulta evidente que tenía intenciones narrativas que iban más allá de lo naturalista, o del color rutinario que se aplica a veces en el cómic mainstream. Participaba plenamente de todo el juego metalingüístico del tebeo, y por eso cuesta imaginar qué motivos tuvieron los autores para cambiar ese color por uno totalmente actual y realista, lleno de degradados y volúmenes que por bien que le sienten al dibujo de Quitely se alejan por completo del tono original de Flex Mentallo.
Algunas páginas


                                                                                                         

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                   Entrada publicada originalmente en entrecomics
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